Corriente anti-Shakespeare

Habíamos dicho que la obra de Shakespeare es difícil organizarla cronológicamente. Cada especialista o erudito que se acerca a un estudio sobre Shakespeare termina haciendo su propia propuesta. Incluso hay una escuela, conocida como anti–stratford, que sostiene que el niño bautizado a finales de abril de 1564 como ¨Guiullemos… En la pequeña ciudad de Stratford upon Avon… Stratford cerca del río Avon¨. Que tal sujeto no puede ser el autor de Macbeth o de el rey Lear. Pues que, según sus indagaciones, el hijo de un comerciante de granos y cueros, que sabía poco latín y menos griego, no tenía condiciones para escribir lo que se le atribuye. El tema habría tenido algún efecto positivo si cualquiera de los candidatos propuestos en cambio de Guilielmus tuviera siquiera similares o parecidas evidencias que sí tiene Shakespeare con Stratford, con los poemas y piezas que se le atribuyen, con el teatro el Globo o con los documentos que lo identifican como comerciante. Lo grave del caso es que son varios los autores conocidos en Occidente que han terminado por adherir a la corriente anti Guillielmus conocida también como anti-Stratford. Sigmund Freud el psiquiatra austriaco creador de la teoría de psicoanálisis, es un caso bastante curioso. Desde su perspectiva psicológica es inconcebible que ese ser humano pudiera escribir y proponer para la escena seres y personajes de tan arraigada personalidad. Shakespeare no puede ser para Freud un productor de prototipos. Tolstoi tampoco acepta a Gulielmus.
Hace algunos años una revista norteamericana hizo un encuentro entre ¨autoridades¨ anti–Stratford y pro–Oxford referida a la universidad donde estudió Edward de Vere. De Vere es el último ‘candidato’ de quienes se niegan a reconocer a Gulielmus como el autor de Hamlet. Antes de de Vere fueron propuestos lord Bacon, Christopher Marlowe, la condesa de Pembroke, el conde de Derby… entre otros.
Todos ellos especialistas en literatura o lingüística o narrativa en idioma inglés; el editor, que se identifica como anti–Guillielmus.
Tengo la impresión de que, entre nosotros, quien no esté familiarizado con el sentido teatral de la creación shakesperiana pude fácilmente sentirse atraído con la corriente anti- Guillielmus. Parecería ser una propuesta ‘racional’ o ‘racionalista’. De hecho, como dice Borges, solamente cien o ciento cincuenta años después de la muerte de Shakespeare, se puso en duda su creación literaria.
Pareciera parte de la costumbre Occidental de querer establecer fuentes y fechas como un punto de partida para poderlas abordar. Como si solamente a partir de esta datación se pudiera hacer una interpretación, un comentario, una reflexión… Acerca de un personaje, de varios personajes: Otelo, Hamlet, Lear, Falstaff, Julieta, Romeo.